La vocera de la extrema derecha venezolana festejó con júbilo el anuncio de la administración estadounidense destinada a limitar la explotación del petróleo en la nación Bolivariana. La acción impulsada por Corina Machado amenaza el bienestar de la población y el crecimiento de la economía de Venezuela.

La dirigente de extrema derecha venezolana, María Corina Machado, festejó este miércoles entre risas la decisión estadounidense de revocar a partir del 1 de marzo la licencia de explotar el crudo venezolano otorgado a la petrolera Chevron.

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El anuncio realizado por el presidente Donald Trump a través de sus redes sociales es un primer paso a la política de «Máxima presión» sostenida por Estados Unidos contra el pueblo de Venezuela que se tradujo en pérdidas estimadas hasta el año 2022 de un total de 3.993 millones de barriles, lo que supone una pérdida para el país de 323.000 millones de dólares según estimaciones oficiales.

Estas pérdidas multimillonarias junto a otras afectaciones producidas por el régimen de 930 sanciones unilaterales e ilegales contra el país caribeño se tradujeron, según la ONU, en la reducción de más del 99% de los ingresos públicos y que más de 2,5 millones de personas se vean arrojados a una situación de inseguridad alimentaria grave. 

Pese a las consecuencias que podría acarrear la medida para la población venezolana, Corina Machado celebró en una comunicación virtual con el hijo de Donald Trump la decisión del mandatario estadounidense e indicó que coincide con dicha medida. «Me da oportunidades», agregó.

El anunció de Trump fue realizado en la tarde del mismo miércoles a través de la red social Truth. En su mensaje, el mandatario estadounidense señala la licencia como un «Acuerdo de Concesión» atribuido al expresidente demócrata, Joe Biden, «se rescinda a partir de la opción de renovación del 1 de marzo.»

«No esperamos nada sino de nosotros mismos»

Tras la decisión, la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela y ministra de Hidrocarburos, Delcy Rodríguez, consideró como «inexplicable» el anuncio al tiempo señaló que «pretendiendo hacerle un daño al pueblo venezolano, en realidad se está inflingiendo un daño a los Estados Unidos, a su población, y a sus empresas, poniendo además en entredicho la seguridad jurídica de EEUU en su régimen de inversiones internacionales.»

Al tiempo que expresó en represententación del Pueblo y Gobierno de Venezuela un rechazo categórico «de este tipo de acciones solicitadas públicamente por la oposición extremista y fracasada del país.»

Y aseguró que : «Venezuela seguirá su camino de recuperación económica integral garantizándola con el esfuerzo creativo de todos y en apego absoluto a su soberanía e independencia nacional. «

Lo que dice y no dice Trump

En el mensaje, el magnate argumenta la decisión en supuestos incumplimientos del Gobierno venezolano de garantizar «condiciones electorales» y acusa al Estado venezolano de no haber «transportando a los criminales violentos que enviaron a nuestro país de regreso a Venezuela al ritmo rápido que habían acordado.»

Sin embargo, el anuncio se da en el marco del memorando America First Investment Policy, firmada el pasado viernes 21 de febrero por el presidente estadounidense. En este documente se establece un marco de inversiones en los que no estén incluidos, ni directa ni indirectamente los que son calificados como «adversarios extranjeros», según rescata el medio de investigación Misión Verdad.

Esta definición se centra en la República Popular China, la cual es señalada como foco de «amenazas nuevas y cambiantes» referidas a la obtención de «tecnologías de vanguardia, propiedad intelectual y apalancamiento en industrias estratégicas» de factura estadounidense.

En otro lugar del documento se clasifica una serie de países como «adversarios extranjeros» o «actores amenazantes» entre los cuales, además de China, se encuentra Venezuela, Corea del Norte, Cuba, Irán y Rusia. Si bien estos países no poseen las capacidades tecnológicas ni miltares para ser consideradas una amenaza directa por Washington, todos ellos poseen asociaciones estratégicas con la nación asiática o están dentro de su círculo inmediato de influencia.

De hecho, desde septiembre de 2023, China y Venezuela elevaron sus relaciones a Asociación Estratégica a Toda Prueba y Todo Tiempo, el segundo nivel más alto concedido por Beijing y solo superado por el estatus de asociación estratégica integral de coordinación para la nueva era, sostenido únicamente con la Federación Rusa.

Según el análisis de Misión Verdad, «esta nueva política de inversiones intentaría blindar el entorno de las inversiones dentro de Estados Unidos y controlar las que salen hacia otros mercados internacionales, bajo la tentativa de que no medie alguna relación con China y su gigantesca red de influencia, con el comercio de puntal para provocar el renacimiento tecnológico de su país.»

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